“Humala era un peligro para la democracia”. Esta frase fue el principal escudo de Fernando Rospigliosi ante los muchos ataques que lo acusaban de planear algunas jugarretas junto con el gobierno estadounidense para frenar la en ese entonces fructífera carrera política de Ollanta Humala.
Fuente: RPP
La campaña electoral de las últimas semanas fue interrumpida por las multiples interpretaciones que tuvieron las pocas líneas halladas en el cable de Wikileaks –a los cuales ya les dedicamos algunas líneas algunas semanas antes–. A partir de la acusación de Humala en los medios –y de la obvia ultraconcentración de los medios en este caso– surgieron algunas preguntas respecto a cómo se estaba llevando el actual festín electoral ¿Deberían o no deberían ser los Wikileaks materia de discusión durante la campaña?
El debate frente a esta cuestión resulta bastante parcial y peliagudo, pero aquí dejo una clarificadora columna de Marcos Sifuentes al respecto, que deja claro algunos aspectos que deben ser considerados:
Y pongo este link, intentando obviamente salir de este plano de la discusión, ya que la preocupación que ahora traigo es otra. Un poco más oscura, un poco más sintáctica.
Cuando Rospigliosi se justifica usando la frase mencionada al comienzo, lo que hace es apelar al sentido común del ciudadano promedio. La democracia, para esta persona, es un eje de vida. Todo lo que lo rodea, todo el imaginario político-social que sostiene su vida tal y como es gira en torno a esa idea que, aunque le cuesta bastante definir, le resulta sana y familiar. Hacer intervenir al gran evangelizador de esta cultura, Estados Unidos, parece, para el buen Fernando, inevitable ante una amenaza como esta.
Fuente: davo.lamula.pe
En la primera vuelta de las elecciones realizadas el 9 de abril de 2006, Humala salió victorioso con 3,758,258 votos, lo que significaría el 26.6%. En la segunda vuelta, perdería con 6,270,080 votos, un 43.3% del total de la población votante. Casi la mitad.
Si suponemos, como intrínsecamente dice el ex ministro del Interior, que la democracia se halla como germen en la gran mayoría de los peruanos y que Ollanta Humala no representaba otra cosa que la ideología antidemocrática y antisistema y chavista, entonces, más allá de cualquier tipo de campaña política, Ollanta debió haber perdido, y por mucho. Esto no sucedió así.
La campaña que se hizo contra Humala en esos años, a pesar de sus turbios orígenes, describían a este personaje sin faltar a la verdad: un ex militar que, tras haber probado su heroísmo frente al régimen dictador hace 6 años, pretendía tomar el poder para, junto con algunos aliados de la región, formar un frente ante la “amenaza yankee” –que es otro tema bastante amplio como para incluir en este post–. Todo esto quedó confirmado, pero el apoyo a este candidato parecía avivarse aún más. Y esto se reflejaría en los resultados de las elecciones.
Entonces, ¿cómo es posible que un pueblo calificado como demócrata se encuentre con un destino como ese? Pues, y hay que decirlo, si esas elecciones eran la batalla contra lo antisistema, con los resultados que se dieron, resultaría impensable decir que hubo algún ganador.
Sólo queda decir, a partir del uso de esta aún preciada herramienta llamada lógica, que, muy a pesar de lo que haya dicho o pensado Rospigliosi, el pueblo peruano, con sus millones ciudadanos promedio, demostró que la democracia no es una prioridad de vida.
Simplemente... Mafalda
¿Acaso es que el Perú es tan difícil de ser leído que ya se considera válido caer en una falacia y proponerla como justificación? Así, pues, Rospigliosi salvó la democracia, sí, de la manera más antidemocrática.
Oe, Rospigliosi no salvo nada. Lo que él hizo fue un pedido que al final la embajada no aceptó.
ResponderEliminarPara mí la pregunta más gira por: qué trato de defender en verdad, la democracia de las mayorías (no, obviamente) o la "democracia" que asegura los intereses de unos pocos? Y ahí entra en juego el ambiguo sentido que se le da a "democracia" en una u otra ocasión. Y de ahí el debate si fue antidemocrático o no.
Otra cosa: siempre es bueno que digas por qué o cómo llegas a ciertas reflexiónes y conclusiones. Diiiiiiigo no?
Sí, en principio quise abordar eso también, pero no creo que un post muy largo sea la voz.Por eso el link a Sifuentes. Tú te diste de cuenta eso el sábado, que salió esto.
ResponderEliminarY por eso también me comí lo del cómo y por qué llegué a, ja.